SALMO 151
No me expongas al silencio de esta bóveda.
Integra mis sentidos al resto de este mundo.
Comúlgame con el resto de la creación y rellena mis
espacios vacíos con lo que te sobre de paz.
No te guardes ni un poco de tu valor.
Regálame lo que no necesitas y apiádate de mis
Iniquidades.
Vuelve a mí tus ojos llenos de luz y no escondas tu
Mirada a este siervo.
Hazme creer aún que el trigo crece a orillas de la estepa fría.
Caliéntame con el sol de tu esperanza.
Hazme diáfano como el vidrio, blanco como el armiño,
valiente como el león, cándido como la paloma, bueno
entre los hombres, hijo de tu descendencia, profeta entre las
naciones, pero humilde en tu rebaño.
Hazme se simplemente un discípulo que pisa tus mismas
huellas y habita la misma casa que tú habitas.
Integra mis sentidos al resto de este mundo.
Comúlgame con el resto de la creación y rellena mis
espacios vacíos con lo que te sobre de paz.
No te guardes ni un poco de tu valor.
Regálame lo que no necesitas y apiádate de mis
Iniquidades.
Vuelve a mí tus ojos llenos de luz y no escondas tu
Mirada a este siervo.
Hazme creer aún que el trigo crece a orillas de la estepa fría.
Caliéntame con el sol de tu esperanza.
Hazme diáfano como el vidrio, blanco como el armiño,
valiente como el león, cándido como la paloma, bueno
entre los hombres, hijo de tu descendencia, profeta entre las
naciones, pero humilde en tu rebaño.
Hazme se simplemente un discípulo que pisa tus mismas
huellas y habita la misma casa que tú habitas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario