sábado, 21 de abril de 2012



RECUERDO  DETENIDO EN LA PARED

Preso de un recuerdo busco
la calma en lo que sea,
la calle, un libro, o el silencio.
Lo único que logro es enredarme más
en tu mirada, en tu sonrisa.

Luego levanto una pared
Para no oír tu voz, mas no logro detenerla,
la traspasa como fantasma a la muralla,
como murciélago a la noche, como bala al enemigo.
Después se sumerge en mis oídos como piedra
en un pozo, hasta el fondo, hasta el fondo.

Te llamo más no respondes.
Todo se convierte en un monólogo.
Sólo soy yo.

¿Y si no fuera por tu mirada?
¿Si no fuera por tu voz?

Sería tal vez por tus vestidos o por tu aroma.
Por las tardes de un café que desprecié,
o por los diálogos de canción.
Por los recuerdos de autobús,
o la notas de tu guitarra.

Absurdo es buscar las razones de un sentimiento.
El es así, nace en una noche de almohada y

 muere en una de estrella.

Pero tal vez no muere,

sino que duerme sereno,
 mientras espera de nuevo el eco de una voz
que nunca más saldrá de la pared;
que no atravesará la muralla,
 ni la noche,
ni las carnes de un enemigo.

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