viernes, 13 de abril de 2012

DE NOCTURNOS Y OTRAS NOCTURNIDADES

(Libro-poemario)

Prólogo:

Un dia de tantos me di cuenta de que había escrito ya cuatro nocturnos y dos poemas relacionados con el maravilloso fenómeno de la noche, en este pequeño libro los recopilo para mis lectores





I NOCTURNO

En el instante en que se vierte la noche en el vaso de aquel río,

mis miembros sostienen apenas el árbol de la dicha.

Y se me ahuecan las ganas de seguir mis versos y se me erizan los vellos de tantas ganas. 


¡Ganas de ser poeta, de morir en calma!. 


Mi corazón aprieta el paso que me aqueja,
y la senda parece que aún no llega. 


Hasta contener las penas  y colgar de una estela de luz siempre blanca, que poco a poco se alarga como cola de cometa. 


Como una inmensa espera.



II NOCTURNO

De sombras y luces se cuajó el cielo y con ladridos de perro se adornó las esquinas, respira sonidos de pequeños insectos hasta ahogarse de golpe en una canción de murciélagos;

que al compás del vuelo desgarran la portezuela de lo oscuro y

por entre la sabia de los árboles circula la nocturna sangre de la noche.

III NOCTURNO

Se evapora la noche
en medio de la luna
y se desploman las estrellas
en la cintura del océano.

Se me antojan luciérnagas,
las luces lejanas de esta
pequeña ciudad que nunca
se apagan, mientras las amenazantes
copas de los árboles en sombrías
cabelleras transmutan.

Es cuando el sonido de la trova se
me clava en los oídos, porque la
noche es mampara en mi razón y el silencio
me hace vertir el alma.


IV NOCTURNO

Al oscurecer
la vida se aquieta
y las almas somnolientas
regresan al sosiego de
una noche que avecina
recuerdos; murmullos de
un pasado presente sólo
en las mentes inquietas de
los seres sensibles, las que
sólo hacen a los poetas.

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NOCTURNO PARA UNA MUJER QUE CONOZCO



Mientras las ventanas se apresuraban a beber los últimos rayos de luz, una pluma escribía calladamente sobre una hoja de papel.

...desde un inicio lo supe, no serías mia...


Voces infantiles detuvieron la pluma por un momento. Sólo eran unos niños que reían en la calle.
Luego un olor a tristeza inundó la estancia manchando a pocos el papel.

Aún te dibujo en mi mente, como en aquella noche...

Luego no era olor a tristeza, sino a soledad
Hay olores que se confunden con las rosas, con los jazmines, e incluso con las dalias. Pero éste no. Este olor era particular, no era geranio, ni flor de lis.Era soledad. No era flor.
Olores como éste sólo se aspiran de vez en cuando. Únicamente cuando el alma deja de existir en otra, o cuando el corazón se detiene por falta de un impulso vital. Soledad era este olor y olía fuertemente. Olía hasta ahogar.

...¿y por qué fué él...?

Versaba una linea.

...¿Por qué yo no?

Versaba otra.

Afuera los primeros grillos orquestaban una sinfonía extraña, mientras en un árbol cercano, una lechuza abandonaba a su consorte.
Las voces de niños ya no se oían, pero sí algunas puertas que se cerraban. Era de noche.

Una mariposa noctuna hacía esfuerzos por atravesar la ventana, mientras otra batía sus alas sin aliento en el suelo.

Ya no hay luz.

Adios...

Es de noche

Adios...

Soledad

Adios...

Tristeza

Te quiero
Te quiero
Te quiero...




LECHUZA



Cuales ojos que en la oscuridad otean lo arcano,
vigila sombras y resguarda el viento.
Soy en plenilunio lechuza que
en caminos solitarios, sufridas presas
entre sus garras lleva.

Sueños de delirio trasnochados
de espera .
Rapaz nocturna quiero ser por
el silencio de sus alas
que en penumbra parajes recorre,
bosques de encinos desiertos .
Salvando murallas de iglesias en ruina,
vigila antiguos aleros, robándole luz a la luna,
provocando siluetas nocturnas contra las blancas estrellas.
y en la alborada a su tronco hueco vuelve
a esperar que de nuevo anochezca.
Dormir de cansancio de oscuridades en vela.

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