miércoles, 25 de abril de 2012

AQUELLA NOCHE

Mientras en lo que hoy es Afganistán una niña veía en la ventana una hermosa estrella en el firmamento, en la India un paria mendigaba por las calles de lo que sería Madras ; entre tanto su corazón le decía que un gran acontecimiento estaba por llegar.

En Roma, un centurión pasó frente a la estatua de Júpiter, con pensamientos que le inquietaban, como si le avergonzara continuar la tradición que sus padres le habían inculcado de adorar dicha imagen de mármol.

Un viento extraño atravesó el desierto de Arabia y de la copa de las palmas, dátiles rodaron al suelo, mientras que un pastor nómada calló de rodillas llorando por una felicidad que ni él mismo se podía explicar.

En las selvas de lo que más tarde se conocería como el trópico americano, bosques enteros florecerían de repente en una sola noche, transformando el abundante verde en una paleta de colores propios de un pintor.

Perfume de jazmín, rosas y azahar se mezclaron todos en uno de los jardines del palacio del Emperador de China, relajando sus sentidos. Esa noche durmió apaciblemente, y soñó con unas huellas sobre las arenas de un desierto que desconocía y un hombre tropezando en un empedrado.

De repente las aguas del Jordán se volvieron de un bello color turquesa, como nunca se había visto antes, y en el Mediterráneo cientos de aves marinas revolotearon en perfecta sincronía hacia el Este.

En el cielo nocturnal, auroras boreales circundaron de oriente a occidente, y hasta la luna en Turquía se vio más cercana a la Tierra, tanto que hasta se podían ver sus cráteres casi al alcance de las manos.

Todo esto sucedió la noche en que unos pastores pasaban frío en un escampado en las afueras de la pequeña aldea de Belén, unos extranjeros venidos de oriente seguían la ruta perdida de una estrella y una mujer con apenas un viejo establo por cobijo y un pequeño pesebre por cuna, daba luz a aquel que cambiaría por siempre la historia de todas esas personas y la humanidad entera. Al menos así lo soñó un habitante cualquiera de un continente aún sin nombre.

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