SOY
ALGUIEN
Y estoy de nuevo aquí deambulando como prófugo en noche negra; oscura como el trepidar de unas voces que apenas percibo, como sirenas de niebla.
Como aleteos de nocturno animal.
Me cobijo entonces de bóvedas amarillas, para
aquietar los murmullos de mi mente.
Y dejo mi templanza de hombre viejo y me rescato
de suplicios que aún no terminan y me apiado de mis
defectos para no abrazar la desdicha de alguien que
ya no tiene otra forma de decir lo entiendo.
Y me doy cuenta que soy alguien, y me salta el ser
único, indivisible, imborrable, impredecible.
Y hasta podría jurarlo: ¡SOY ALGUIEN!.
YO
La palabra que más abunda en el ser humano es el YO
Yo hice esto, yo soy así, Yo ideé aquello, yo tengo esto.
Aunque mil bombas atómicas borraran de la faz de la Tierra
al hombre; un YO seguiría flotando en el humo de un último
edificio caído. YO destruí esto...
Y estoy de nuevo aquí deambulando como prófugo en noche negra; oscura como el trepidar de unas voces que apenas percibo, como sirenas de niebla.
Como aleteos de nocturno animal.
Me cobijo entonces de bóvedas amarillas, para
aquietar los murmullos de mi mente.
Y dejo mi templanza de hombre viejo y me rescato
de suplicios que aún no terminan y me apiado de mis
defectos para no abrazar la desdicha de alguien que
ya no tiene otra forma de decir lo entiendo.
Y me doy cuenta que soy alguien, y me salta el ser
único, indivisible, imborrable, impredecible.
Y hasta podría jurarlo: ¡SOY ALGUIEN!.
YO
La palabra que más abunda en el ser humano es el YO
Yo hice esto, yo soy así, Yo ideé aquello, yo tengo esto.
Aunque mil bombas atómicas borraran de la faz de la Tierra
al hombre; un YO seguiría flotando en el humo de un último
edificio caído. YO destruí esto...
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