viernes, 3 de febrero de 2012
CUANDO LLEGUE MI MUERTE
No me tomen por necio,
que la noche aún no llega
pues mi alma contrita desparrama madejas,
de hilos de plata engarzados con brea
Trabajos forzados a golpe de años,
que arrastran cadenas de inútiles penas.
Como un condenado a eternas hogueras
voy cantando feliz una marcha de guerra.
No en vano la muerte soporta y espera,
mientras la oscura lividez de mis carnes se enreda,
en el apacible nicho de mi hora que no llega.
Es cuando saludo entonces al perfil del ocaso
y me quedo esperando dormir en tus brazos.
Para soñar luego; no fue inútil el letargo ,
de creerme más vivo , sin que la muerte me mire de largo.
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