DÉJAME
Déjame encontrarte en la vanidad
de tus recuerdos.
Sembrar margaritas en
tus cabellos
y con las plumas de un quetzal
hacerme un traje de arcoiris
para
encontrar el cofre que te entregue
como premio.
Volar hacia tus
besos y regresar como mochuelo,
que en las noches asalte tu lecho.
Depositar en tu vientre la esencia de mis desvelos.
Amar el fruto de
este ego que llegue hasta las nubes
y aterrice en tu inmaculado cuerpo.
Déjame acariciar tus senos, cual colinas en invierno,
blancas como la
nieve, dulces como flor de enebro.
Subir por los pilares de tus miembros y
entrar en lo más profundo
de tus secretos.
Déjame algo, no me quites
nada.
Dame alegrías, te entrego sonrisas.
Dámelo todo.
No me guardo
nada.
Todo es tuyo
Ahora soy nada.
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