ENTRE EL TRABAJO Y LA FAMILIA
(Reflexión)
De
verdad que las paredes las hicieron los hombres para separar la vida misma de la
rutina de ser humanos cargados de cotidianas y laborales formas de vivir.
Por eso cuando decidimos abrir las puertas, una avalancha de polución, autos en
prisa, pies calzados de miles de formas sobre las aceras y luces y plazas con
palomas de día y noche transforman las celosas horas de trabajo en minutos de
alivio camino a casa; o pueden ser torturantes manecillas de reloj, las que no
quisiésemos vivir de vuelta al hogar. He ahí lo insondable de las individuales
formas de vida… Para algunos el mundo laboral puede resultar torturante, para
otros el convivir en familia resulta cada día en una enajenante tortura de
proporciones dantescas. Me inclino por declararme un humano completo dentro de
las rectangulares y seguras paredes que me abrigan junto a mis seres queridos.
Salta entonces la pregunta al papel:
¿En qué vértice de estas ideas se encuentra el lector…?
¿En qué vértice de estas ideas se encuentra el lector…?
No hay comentarios:
Publicar un comentario