LA DANTA Y EL CUSUCO
Cierto día la danta y el cusuco decidieron viajar juntos
Al rato de andar y andar se toparon con un caudaloso río, cuyas únicas formas de cruzarlo eran unas ramas caídas y un puente que se enconraba más lejos.
Viendo esto, la danta señaló las ramas y exclamó:
-¡Vamos por aquí, qué pereza caminar hasta el puente!.
Y dicho esto, se dispuso a cruzar el río, hasta que el cusuco lo detuvo y le dijo:
-¡No!, no ves que con tu peso quebrarías las ramas y caerías a las turbulentas aguas sin remedio. Mejor tomemos el puente, aunque queda lejos, es más seguro.
Entonces la danta y el cusuco caminaron hasta el puente que quedaba lejos y cruzaron hasta la otra orilla del río.
ANTES DE ACTUAR, HAY QUE REFLEXIONAR.
Al rato de andar y andar se toparon con un caudaloso río, cuyas únicas formas de cruzarlo eran unas ramas caídas y un puente que se enconraba más lejos.
Viendo esto, la danta señaló las ramas y exclamó:
-¡Vamos por aquí, qué pereza caminar hasta el puente!.
Y dicho esto, se dispuso a cruzar el río, hasta que el cusuco lo detuvo y le dijo:
-¡No!, no ves que con tu peso quebrarías las ramas y caerías a las turbulentas aguas sin remedio. Mejor tomemos el puente, aunque queda lejos, es más seguro.
Entonces la danta y el cusuco caminaron hasta el puente que quedaba lejos y cruzaron hasta la otra orilla del río.
ANTES DE ACTUAR, HAY QUE REFLEXIONAR.
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