miércoles, 30 de mayo de 2012


LA VIRGEN DE LA ROCA

Ya no le quedaban fuerzas, se había abandonado a la suerte de un mar agitado con olas gigantes que golpeaban su rostro. Sobre aquel tronco, su vida se sostenía a merced del embate de las aguas.

A punto de entregarse a la providencia y su espíritu al Dios en que había creído toda su vida, terminó golpeándose la cabeza contra una roca que sobresalía del fondo del mar, un risco hecho de corales antiguos, del que en su desmayo logró asirse fuertemente.

Cuando pasado unos minutos, logró volver en sí, divisó sobre el promontorio, una hermosa mujer iluminada con un manto tan blanco como las estrellas mismas y de la que irradiaban esplendorosos rayos luminiscentes.

Aquella hermosa aparición no pronunció palabra alguna, pero sólo su presencia bastó para que el corazón de aquel desafortunado náufrago se tranquilizara y lograra sostenerse firme y sereno sujeto a aquella roca que le salvó la vida.
Así se mantuvo toda la noche, acompañado por aquella presencia.

A la mañana siguiente, y a las primeras luces del alba, un bote de rescate logró transportarlo a tierra firme, no sin antes proporcionarle los primeros auxilios.

Aún en el hospital, aquel hombre rescatado de las aguas, recordó vívidamente aquella aparición y juró para sí que lo contaría como testimonio a cuanta persona llegara a su vida.

Cuando estuvo totalmente recuperado, lo primero que hizo fue alquilar un bote y se dirigió al lugar de aquel milagroso encuentro,donde colocó con una fuerte argamaza la estatua de una bella Virgen María, hecha de mármol blanco, que a propósito mandó a construir. Dicen que los pescadores del lugar, desde ese entonces la llaman la "Virgen de la Roca", y que cada vez que pasan por ahí se persignan, no sin antes recordar la historia del sobreveviviente de aquella trágica tormenta.

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