LA LLUVIA, EL VIENTO Y LA CIZAÑA
La lluvia y el viento eran
muy buenos amigos. Cierto día que andaban juntos, toparon con una cizaña que
sembrada sobre una colina, no dejaba de llevar chismes de aquí para allá.
Queriendo establecer discordia interpeló a la lluvia de la siguiente forma:
-"Dígame señora lluvia, ¿a usted no le molesta andar con el señor viento? Él siempre trasladándola de aquí para allá sin su consentimiento. Yo diría que es mejor andar sola".
Y respondiendo la lluvia, exclamó:
- "No me molesta su compañía y lo que haga conmigo, pues sin él yo no podría esparcir mi fresca agua por los campos; además sin su ayuda no tendría forma de trasladarme de un lugar a otro y por tanto sería imposible regar todos los cultivos que con mucho esmero siembra el hombre. Y hasta tú cizaña debes agradecer la ayuda que te da el viento, pues sin él no podrías dispersar las semillas que perpetúan tu especie".
Y la cizaña avergonzada se escondió entre las demás hierbas.
"Solo los malvados no ven lo bueno de los demás".
-"Dígame señora lluvia, ¿a usted no le molesta andar con el señor viento? Él siempre trasladándola de aquí para allá sin su consentimiento. Yo diría que es mejor andar sola".
Y respondiendo la lluvia, exclamó:
- "No me molesta su compañía y lo que haga conmigo, pues sin él yo no podría esparcir mi fresca agua por los campos; además sin su ayuda no tendría forma de trasladarme de un lugar a otro y por tanto sería imposible regar todos los cultivos que con mucho esmero siembra el hombre. Y hasta tú cizaña debes agradecer la ayuda que te da el viento, pues sin él no podrías dispersar las semillas que perpetúan tu especie".
Y la cizaña avergonzada se escondió entre las demás hierbas.
"Solo los malvados no ven lo bueno de los demás".
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