COMO UNA CONSTANTE
Algunos con maletas en los
hombros y sonrisas en los labios. Otros con miradas inciertas, como incierto el
camino que les lleva a un destino que desconozco. Así recuerdo a los hombres
que vi partir esa mañana de enero, mientras sentado frente a la ventana miro
transcurrir el camino hacia un final que si sé; haciendo del trayecto uno más
que andar, como si la vida no tuviese otra cosa que ser una constante en el
tiempo…y yo en él.
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