viernes, 11 de mayo de 2012


EL TORO FURIOSO Y LA CÁNDIDA PALOMA

En la finca de Don Juan había un toro que desde hacía tiempo perseguía a cuanta persona veía pasar. El dueño al darse cuenta de lo sucedido, lo mandó a encerrar, pero como el toro era tan furioso se escapó y fue a esconderse a un bosque.
Ya en éste, aún furioso golpeaba con insistencia el tronco de un árbol. Viéndolo, una cándida paloma le preguntó:
"¿Por qué estas tan furioso?"
Y el toro aún golpeando dijo:
"Es que los hombres me lazan, me golpean y me llevan a donde yo no quiero y eso me pone muy furioso". De repente uno de sus cuernos se quebró a causa del trato recibido, entonces el infortunado toro se puso a gritar de dolor por lo que la paloma exclamó:
"Ves que con la furia nada se resuelve, más bien te hiciste daño y ganaste un fuerte dolor de cabeza. ¡Pórtate bien y vete, tal vez los hombres te quieran recibir!".

(Con la furia nada se resuelve, hace mal al corazón y trae consigo mala suerte).

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