sábado, 5 de mayo de 2012


EL AMANECER DE LOS TIEMPOS

Sobre aquel mar cretácico miles de peces surcaban las aguas, mientras que en la tierra gigantes animales se adueñaban de los bosques . La vida era todo inicio, explotando en cientos de especies, alegría de existir, presencia de lo nuevo. El instinto se señoreaba por los aires, las aguas, la tierra. Aquello era la Creación misma pintada por la paleta divina del Autor. Multicolores formas, olores, sabores y movimientos. Pero faltaba un ser, su sola ausencia se hacía sentir. Quizás sería pequeño, silente y frágil, no de pisadas grandes, sin alas para volar, ni aletas para nadar. No miraría la llanura con un alto cuello o atravesaría los bosques pisando árboles. No sería planta, quizás animal entonces, diferente a todos, mezcla de todo, síntesis de lo creado. Faltaba tiempo para verlo correr, alimentarse, transformar su medio, apropiarse de los elementos , inventar ser alguien, parecerse a Dios, volverse egoísta, hacer la guerra, amar... Quizás faltaba tiempo para ser de todos, el ser más contradictorio y difícil de comprender.
Bastó ver sentado sobre un dolmen a un nuevo ser pensante, para saber que todo cambiaría, ahora existiría, no habría marcha atrás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario