viernes, 11 de mayo de 2012



HOMENAJE A LOS CAÍDOS

Como troncos huecos
hubo almas que quedaron vacías ante las
sombras de la noche.
No pronunciaron palabras,
sólo el latir de sus corazones
recordaba que aún seguían vivos.
No tenían savia,
sólo raíces ya muertas.
No tenían ramas
sino codos ya secos.
Revestidos de noche
y envueltos en frío,
aún continuaban viviendo.
Al alba un hacha cortaba
y una sierra roía.
Calaban sus corazones,
carcomían sus pulmones.
Parecían muertos,
pero no lo estaban.
Sangraban por vivir.
No se intimidaban,
pero callaban.
No luchaban,
pero vencían.
La ley de la vida se hacía
presente en ellos.
A los rayos del sol,
una nueva plántula surgía.
Y mientras la neblina disipaba
se oía cantar en el bosque:

"¡Vive y crece, vive y crece!"


Rescatado de unos viejos apuntes. Martes 15 de julio de 1986.

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