Y me quedé encallado en el ancla de tu cuerpo
y sobre un mar de corales soporte el oleaje de tus deseos hasta resistir la marea.
Y en la quilla de aquel barco descansé mis temores. Me ahogué en tu silencio, y como racimo de algas me dejé llevar por tu corriente.
Luego sólo era mar, atardecer, espuma y una gaviota a medio existir.
y sobre un mar de corales soporte el oleaje de tus deseos hasta resistir la marea.
Y en la quilla de aquel barco descansé mis temores. Me ahogué en tu silencio, y como racimo de algas me dejé llevar por tu corriente.
Luego sólo era mar, atardecer, espuma y una gaviota a medio existir.
Acapulco, 25 de marzo 1997
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