domingo, 3 de febrero de 2013



MI SEÑOR

Señor estoy solo y el frío arrecia.
Señor estoy donde no quiero estar.
Acompáñame para no perder mi senda.
Señor creo que me equivoqué y mis pasos
me conducen entre zarzales, cardos y maleza,
que no me permiten divisar el correcto camino.

Señor oscurece y mi corta vista no alcanza la Luz de tu mirada.
Sé mi faro, mi linterna en la bruma.
Señor escucho voces en todas partes
que aturden mi paz.
Sosiega mi alma con tu dulce voz, o al menos
sé el trueno que silencie las voces cotidianas; las que me alejan de lo bueno, lo afable, lo divino.
Señor  sé mi dueño, no me dejes
¡Acompáñame! .
Echa fuera de mi el miedo…
El que impide acercarme a Ti…
Señor… mi Señor…

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