viernes, 22 de febrero de 2013



EL DAÑO

Vi entre la hierba, un  retoño de amapola que recientemente desplegaban su hermoso color escarlata al sol.

Lo quise arrancar por el solo hecho de entregarme al placer de oler su exquisita fragancia.

Así lo hice mientras pensaba para mis adentros:
“¡A nadie hago daño con esto!

Esa tarde, la abeja, la mariposa y el colibrí notaron la ausencia de aquella hermosa flor… 

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