viernes, 19 de julio de 2013


Entre comillas

Por  narrar mi tempranero  pasado con anochecidas
palabras, olvidé que en las tardes acostumbraba
escribir en  tu cuerpo.

Aguarde en la madrugada  
mejorar mi ortografía en tu lecho.
Subraye tu sonrisa,  puntualicé entre
besos someras comillas: “¡aquí
estoy de regreso!”  
No me he ido,  no soy  ya silencio. 

Entonces susurraste en mi oído
aquella interrogante  de siempre:
“¿Me quieres?”  
Es cuando busqué entonces entre suspensivos puntos y
rebuscados versos   la universal respuesta:
“¡Si mi amor, claro que te quiero...!”